La
Cena del Señor
Orden para la Santa Comunión I (Solemnidades)
Oficio Mayor
Todos en pie, el Ministro diga:
En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R.
Amén.
V.
Me levantaré, e iré a mi Padre, y le diré:
Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado
hijo tuyo.
Himno.
Preparación
V. Oremos:
Todos:
SEÑOR, apiádate de nosotros.
Cristo, apiádate de nosotros.
Señor, apiádate de nosotros.
Padre nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal. Amén.
El Ministro diga:
V.
De
nuestros pecados ocultos, lávanos, Señor.
R.
Y de toda soberbia libra a tus siervos.
V.
Oye,
oh Señor, nuestra oración.
R.
Y llegue a ti nuestro clamor.
V.
¡Oh
Dios, que de los indignos haces dignos, de los pecadores haces
justos, y de los impuros haces limpios! Purifica nuestros corazones y
nuestros cuerpos de todo pensamiento y toda mancha de pecado, para
que de un modo aceptable podamos servirte; por medio del Gran
Sacerdote sin mácula, Jesucristo tu Hijo Señor nuestro,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, un
solo Dios, por los siglos de los siglos.
R.
Amén.
V.
Señor,
abre nuestros labios.
R.
Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
Introito
Todos en pie, el Ministro lea el Introito correspondiente al tiempo:
R.
Amén.
V.
Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y
gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
R.
Amén.
Gloria
Después del Introito, el Ministro diga:
ALABEMOS al Señor.
Y todos canten o digan:
GLORIA
a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con
los hombres.
Nosotros te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, por tu
grande gloria, oh Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
omnipotente.
Oh Señor, Hijo unigénito,
Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; que
quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros. Tú
que quitas los pecados del mundo, recibe nuestro ruego. Tú que
estás sentado a la diestra del Padre, ten misericordia de
nosotros.
Porque tú solo eres santo,
tú solo eres Señor, tú solo eres altísimo,
oh Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios
Padre. Amen.
Lecciones
El Ministro diga:
V.
El
Señor sea siempre
con
vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Añádase la referencia al capítulo y versículo para cada lectura.
V.
Lección de la Profecía, en el Libro__, capítulo__,
versículo.__.
R.
Gracias sean dadas a Dios.
Y sentada la Congregación, el Lector en pie, lea la Profecía propia del día; y concluya diciendo:
AQUÍ
termina la lección de la Profecía.
R.
Amén.
Y todos en pie, cántese (o léase alternadamente por el Ministro y la Congregación) la parte del
SALMO 106.
V.
1. ALABAD al Señor, porque es bueno; * que para
siempre es su misericordia.
2. ¿Quién
expresará las valentías del Señor? * ¿quién
publicará todas sus alabanzas?
3. Dichosos los que guardan equidad, * el que hace justicia en
todo tiempo.
4. Acuérdate de
mi, oh Señor, según tu benevolencia para con tu pueblo;
* visítame con tu salvación.
5. Para que yo vea el bien de tus escogidos, * para que me goce
con la’ alegría de tu gente, y me gloríe con tu
heredad.
6. Gloria y honor al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo, * por los siglos de los
siglos. Amén.
A continuación:
V. Hermanos, guardad silencio.
V. Lectura de la Epístola de __, capítulo__, versículo__.
R. Gracias sean dadas a Dios.
Y sentada la Congregación, el Lector, en pie, lea la Epístola propia del día; y concluya diciendo:
V. Aquí termina la Lectura de la Epístola.
R. Amén.
Todos en pie, el Ministro diga:
V.
El
Señor sea siempre
con
vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Lectura del Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según__, capítulo__, versículo__.
R. ¡Gloria sea a ti, oh Señor!.
Y
el Ministro lea el Evangelio propio del día; y concluya
diciendo:
Aquí termina la Lectura del
santo
Evangelio.
R. Amén.
Lauda
V. Load al Señor.
R. El nombre del Señor sea alabado.
Y cántese o léase la Lauda correspondiente, como sigue:
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Si la Lauda fuere sólo leída, puede cantarse un Himno.
Sermón
Todos se sientan. Tiempo de Escuela dominical infantil.
Ofertorio
Mientras los Ecónomos llevan las Ofrendas al Ministro, cántese o léase lo siguiente:
V.
Presentemos
al Señor nuestras ofrendas con reverencia y temor santo.
R. TUYAS son, oh Señor, todas las cosas en los cielos y en la
tierra: todo es tuyo; y lo recibido de tu mano te damos.
Gloria
y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. Amén.
Intercesiones
Todos en pie, el Ministro diga:
ACORDÉMONOS
de la santa Iglesia...
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
La Congregación de rodillas, el Presbítero en pie, diga:
Otórganos
esto, oh Padre...
R. Amén.
V.
Y bendecimos tu santo nombre...
R. Amén.
V.
Porque tú eres la vida de los vivientes...
R. Amén
Confesión de pecados
V.
Carísimos
hermanos: Los que intentamos acercarnos...
Confiados, pues, en la misericordia de Dios por medio de su amado
Hijo, hagámosle nuestra humilde confesión:
Todos, devotamente de rodillas:
¡DIOS todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Nosotros confesamos que hemos pecado gravemente contra ti, por pensamiento, palabra, obra y omisión. Con sinceridad nos arrepentimos de estas nuestras culpas, cuyo peso en gran manera nos abate, y cuya memoria aflige nuestros corazones. Aparta, oh Señor, tu rostro de nuestros pecados, y borra todas nuestras iniquidades. Ten misericordia de nosotros, te rogamos; ten misericordia de nosotros, por el amor de tu muy amado Hijo, que murió sobre la cruz para salvarnos, y perdona todas nuestras maldades, límpianos de toda mancha de iniquidad, y llénanos de tus dones espirituales; para que en adelante caminemos en novedad de vida, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El Presbítero (o el Obispo, si está presente) levantándose, diga:
V.
Dios
nuestro Padre celestial, que por su grande amor a los hombres, ha
prometido perdonar a todos los que con sincero arrepentimiento y
verdadera fe se convierten a él; tenga misericordia de
vosotros, perdone todos vuestros pecados, os confirme en todo bien, y
os conduzca a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor y
Redentor. Amén.
R.
Dios topoderoso tenga también de ti misericordia, perdone
todos tus pecados, y te conduzca a la vida eterna; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
V.
El Señor sea siempre con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Lea el Presbítero la Oración propia del día.
R.
Amén.
V.
Por tu misericordia, oh Dios nuestro...
R.
Amén.
La Paz
V.
Oh Dios, que eres el autor de la paz...
R.
Amén.
V.
La gracia de Dios Padre omnipotente, la paz y amor de nuestro Señor
Jesucristo, y la comunión del Espíritu Santo, sea
siempre con todos nosotros.
R.
Y con todos los de buena voluntad.
V.
El Señor es nuestra verdadera paz y la caridad no
interrumpida. Hermanos, haced la paz unos con otros.
Los ministros y el Pueblo pueden saludarse mutuamente en el nombre del Señor.
Todos en pie, la Congregación cante o diga:
LA
paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy.
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los
otros, como yo os he amado.
Gloria y honor al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ilación
Después el Presbítero diga:
V. Inclinad vuestros oídos al Señor.
R. Habla, Señor, que tus siervos escuchan.
...
V. Elevad vuestros corazones.
R. Los elevamos al Señor.
V. A Dios nuestro Señor demos gracias y alabanzas..
R. Dárselas es digno y justo.
V. Muy justo y digno es que en todo tiempo te alabemos, Señor santo, Padre eterno, Dios omnipotente.
Y lea la Ilación correspondiente al tiempo:
Y prosiga diciendo:
V. POR tanto, con los ángeles y arcángeles...
Todos juntos, canten o digan:
¡SANTO,
Santo, Santo, Señor, Dios de los ejércitos!
Llenos están los cielos y la tierra de la gloria de tu
majestad. ¡Hosanna al Hijo de David; hosanna en las alturas! —
Amén.
Consagración
De rodillas la Congregación, el Ministro en pie, detrás de la Mesa y cara hacia los fieles, diga:
V. VERDADERAMENTE santo y bendito eres...
[...] Tomad, comed; esto es mi Cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mi. — R. Amén.
[...]
Este
Cáliz es el Nuevo Testamento en mi Sangre, la cual es
derramada por vosotros y por muchos, para remisión de los
pecados; haced esto, cuantas veces lo bebiereis, en memoria de mí.
—
R.
Amén.
V.
Todas las veces que comiereis este Pan y bebiereis este Cáliz,
la muerte del Señor anunciáis hasta que venga de los
cielos en gloria. —
R.
Amén.
V.
Haciéndolo así, Padre santísimo...
—
R.
Amén.
El Credo Niceno-Constantinopolitano
V.
El Señor sea siempre con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. La fe que creemos en nuestro corazón, confesémosla con nuestra boca:
Todos juntos, digan:
Creemos
en un solo Dios, Padre omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra,
autor de todas las cosas visibles e invisibles.
Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios,
y engendrado del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz
de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho;
consubstancial al Padre; por quien todas las cosas fueron hechas,
tanto en el cielo como en la tierra: el cual por nosotros los hombres
y por nuestra salud, descendió de los cielos; y por el
Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se
hizo hombre; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
sepultado, y resucitó al tercer día; subió a
los cielos; esta sentado a la diestra de Dios Padre omnipotente; de
allí vendrá para juzgar a los vivos y a los muertos; y
su reino no tendrá fin.
Y en el
Espíritu Santo, Señor vivificador, y procedente del
Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo debe ser adorado y
juntamente glorificado; que habló por los Profetas. Y en una
sola Iglesia, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo para la remisión de pecados; y
esperamos la Resurrección de los muertos, y la vida del mundo
venidero. Amén.
Padrenuestro
Luego el Presbítero diga:
HERMANOS: Hecha la profesión de nuestra fe...
[Aquí la Congregación se arrodillará.]
V.
PADRE
nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu
nombre.
R.
Amén.
V.
Venga
tu reino.
R.
Amén.
V.
Hágase
tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra.
R.
Amén.
V.
El
pan nuestro de cada día, dánosle hoy.
R.
Porque tú eres Dios.
V.
Y
perdónanos nuestras deudas, así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores.
R. Amén.
V.
Y
no nos dejes caer en la tentación.
R.
Mas líbranos del mal.
V.
Librados
del mal y confirmados siempre...
R. Amén.
Bendición
A continuación, el Diácono diga:
V. Hermanos, inclinaos a la bendición.
Y diga el Ministro la Bendición correspondiente al tiempo, o propia del día:
...
— R.
Amén
...
— R.
Amén
...
— R.
Amén
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.
— R.
Amén
Y prosigan todos, diciendo:
GUSTAD,
y ved cuán bueno es el Señor. Aleluya. Bendeciré
al Señor en todo tiempo; en mi boca será siempre su
alabanza. Aleluya.
El Señor redime el
alma de sus siervos; y no serán abandonados cuantos en él
confían. Aleluya.
Gloria y honor al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Aleluya. Amén.
Fracción del Pan
Recogida la comunión, el Ministro diga:
V.
EL
pan del cielo nos ha dado el Señor.
R.
Con manjar de los ángeles ha nutrido a su pueblo.
V.
En
Dios está nuestra salvación y nuestra gloria.
R.
Buscaremos siempre su rostro; derramaremos delante de él
nuestro corazón.
Y de rodillas todos, digan:
¡OH Señor Dios nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Haz que cuantos hemos recibido esta santa Comunión, te busquemos y amemos siempre, sin apartarnos jamás de ti; y concédenos tu auxilio para que podamos hacer todas las cosas que son agradables en tu divina presencia; porque tú eres Dios, y no hay otro fuera de ti, por los siglos de los siglos. Amén.
El Presbítero, levantándose, y permaneciendo la Congregación de rodillas, diga:
EL
Señor sea siempre con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
V.
Gracias te damos, oh Dios...
R.
Amén.
V.
Por tu misericordia, oh Dios nuestro...
R.
Amén.
Puede cantarse un Himno. Después el Diácono diga:
V.
HERMANOS, la solemnidad ha terminado en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo. Sean aceptadas con paz nuestras peticiones y
alabanzas.
R.
Gracias sean dadas a Dios. Amén.
Luego el Presbítero (o el Obispo, si está presente), despida la Congregación, diciendo:
LA paz que, al subir a los cielos... Amén
Anglicanos en el Norte de Aragón