Oficio
Matutino
por todo el año
En pie la Congregación, el Celebrante dé principio con las palabras siguientes:
V.
SEA nuestro auxilio en el nombre del Señor, que ha hecho los cielos y la tierra.
R.
Busquemos su rostro, y démosle la gloria debida a su nombre.
V.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el
nombre del Señor.
R.
Sea el nombre del Señor bendito desde ahora y para siempre.
V.
¡Oh Dios, cuyo nombre es bendito desde la salida del sol hasta
su ocaso! Llena de ciencia nuestros corazones y abre nuestros labios
en tu alabanza; para que como eres bendito con el debido honor por
todos los siglos, así seas alabado de oriente a occidente por
todas las naciones.
R.
Amén.
V.
Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y
gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
R.
Amén.
Luego lea el Celebrante, o haga que se cante, alguno de los siguientes TEXTOS:
1.
EL Señor está en su santo templo: calle
delante de El toda la tierra.
2. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da
gloria;
por tu misericordia, por tu verdad.
3. Ensálzate, oh Dios, sobre los cielos; y
sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
4. Las obras de las manos del Señor son verdad y juicio;
fieles
son todos sus mandamientos.
Luego el Celebrante diga:
HERMANOS, hagamos nuestra confesión de pecados.
Todos digan:
¡Dios todopoderoso! Confesamos que hemos pecado gravemente contra ti, por pensamiento, palabra, obra y omisión. Nos arrepentimos de nuestras faltas. Perdona todos nuestros errores para que en adelante tengamos una vida nueva mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El Celebrante (o el Obispo, si está presente), diga:
DIOS
nuestro Padre celestial, tenga misericordia de vosotros, perdone
todos vuestros pecados y os conduzca
a la vida eterna,
por Jesucristo nuestro Señor
y Redentor.
Amén.
R.
Dios todopoderoso tenga también de ti misericordia, perdone
todos tus pecados y te conduzca a la vida eterna, por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
Todos sigan en pie, y canten o lean la LAUDA correspondiente al tiempo.
V.
El Señor sea siempre con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
LAUDAS
1. [Durante el Adviento.]
¡HOSANNA!
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Bendito el reino de nuestro padre David. Aleluya.
Hosanna al Hijo de David: Hosanna en las alturas.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
2. [Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]
SALVENOS
tu diestra, Señor nuestro Dios;
Para
que confesemos tu santo nombre. Aleluya.
Acuérdate de nosotros, Señor; y visítanos con tu
salvación.
Gloria y honor al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
3. [Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]
LAMPARA
es a mis pies tu palabra:
Y lumbrera a mi
camino. Aleluya.
Guíame por la senda
de tus mandamientos.
Gloria y honor al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
4. [Durante la Cuaresma.]
¿POR
qué me has desechado? ¿Por qué andaré
abatido por la opresión del enemigo?
Envía tu luz y tu verdad.
Júzgame,
oh Dios, y aboga mi causa; líbrame de gente impía, del
hombre de engaño y de iniquidad.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
5. [Después de Pascua, hasta la Ascensión.]
CANTAD
al Señor un cántico nuevo; porque el Señor obró
maravillas. Aleluya.
Grande es el Señor
nuestro, y grande su poder. Aleluya. Aleluya.
El ha hecho notoria su salvación; en presencia de las gentes
ha revelado su justicia.
Gloria y honor al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Amén.
6. [Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]
ALABARE
al Señor conforme a su justicia;
Y
cantaré al nombre del Señor el Altísimo.
Aleluya.
Te ensalzaré, mi Dios y Rey;
y bendeciré tu nombre para siempre jamás.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
† Después de la Lauda diga el Celebrante:
SEÑOR,
abre nuestros labios.
R.
Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
Y cántese, o léase alternadamente el Salmo 95.
SALMO 95
1.
¡VENGAN,
cantemos con gozo al Señor!
* Aclamemos
con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2. Acerquémonos ante su presencia con acción de
gracias; * aclamémosle
con salmos.
3. Porque el
Señor
es Dios grande;
* Rey
grande sobre todos los dioses.
4. En
su mano están las profundidades de la tierra, * suyas
son las alturas de los montes.
5. Suyo es el mar, pues Él
lo hizo, * y
sus manos formaron la tierra seca.
6. ¡Vengan, adoremos y postrémonos! * Arrodillémonos
delante del
Señor,
nuestro Hacedor.
7. Porque
Él
es nuestro Dios;
nosotros
somos
el pueblo de su prado
y las
ovejas
de su mano; * si
oyen
hoy su voz,
8. No
endurezcan sus corazones como en Meriba,* como
el día de Masá, en el desierto,
9. Donde
sus padres me pusieron a prueba, * me
probaron y vieron mis obras.
10. Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación,
y dije: * "Este
pueblo se desvía en su corazón y no ha conocido mis
caminos."
11. Por eso juré en mi ira,
* "¡Jamás
entrarán en mi reposo!"
12. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, *
por
los siglos de los siglos. Amén.
Después del Salmo, siéntese la Congregación, y el Celebrante en pie leerá una parte del ANTIGUO TESTAMENTO; y empiece diciendo:
NUESTRA primera lección de la Palabra de Dios se halla en el Libro... capítulo...
Y concluida la lectura, diga:
AQUI termina nuestra primera lección de la Sagrada Escritura.
Todos en pie, cántese (o léase alternadamente por el Celebrante y la Congregación) el TE DEUM, o en su lugar uno de los SALMOS 100 y 148.
TE DEUM
1.
A TI, oh Dios alabamos. * a
ti por Señor te confesamos.
2. A ti, oh Padre eterno, * toda
la tierra te adora.
3. A ti los ángeles todos; * a
ti los cielos y todas las potestades;
4. A ti los querubines y los serafines; * con
incesante voz proclaman:
5. Santo, Santo, Santo, * Señor,
Dios de los ejércitos;
6. Llenos están los cielos y la tierra * de
la gloria de tu majestad.
7. A ti el coro glorioso de los apóstoles; * a
ti la excelente muchedumbre de los profetas;
8. A ti el victorioso ejército de los mártires: *
profieren
sus alabanzas.
9. A ti por la extensión del orbe, * la
Santa Iglesia te confiesa;
10. Padre * de
majestad infinita;
11. A tu Hijo único, * verdadero
y venerable;
12. Y también al Espíritu, * al
santo Consolador.
13. Tú eres, oh Cristo, * el
Rey de la gloria.
14. Tú eres del Padre * el
Hijo sempiterno.
15. Tú, al emprender la redención del hombre, * no
desdeñaste el seno de una virgen.
16. Tú, venciendo el aguijón de la muerte, * a
los creyentes abriste el reino de los cielos.
17. Tú a la diestra de Dios estás sentado, * en
la gloria del Padre.
18. Y nosotros creemos * que
has de venir como Juez.
19. Por tanto, te rogamos que socorras a tus siervos, * que
con tu sangre preciosa redimiste.
20. Haz que en la gloria eterna * sean
contados en el número de tus santos.
21. Salva, Señor, a tu pueblo, * y
a tu heredad bendice.
22. Dígnate dirigirlos, * y
ensalzarlos perpetuamente.
23. Cada día te bendecimos; * y
loamos tu nombre por los siglos de los siglos.
24. Dígnate, Señor, en este día * preservarnos
de tribulación y pecado.
25. Apiádate de nosotros, * Señor,
apiádate de nosotros.
26. Sea tu misericordia, Señor, sobre nosotros, * a
la manera que en ti esperamos.
27. En ti, Señor, he esperado: * no
seré jamás confundido.
28. Perdona, Señor, perdona a tu pueblo; *
y no entregues a ignominia tu heredad.
SALMO 100
1.
¡CANTEN
alegres al
Señor,
* habitantes
de toda la tierra!
2. Sirvan
al Señor con alegría;
* vengan
ante
su presencia con regocijo.
3. Reconozcan
que el Señor es Dios; Él
nos hizo,
y
no nosotros
a
nosotros mismos;
* Pueblo
suyo somos y ovejas de su prado.
4. Entren
por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con alabanza.
* Denle
gracias.
5. Porque
el Señor
es bueno.
* Para
siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las
generaciones.
6. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, *
por
los siglos de los siglos. Amén.
SALMO 148
1.
¡ALABEN
al Señor desde los cielos!
* ¡Alábenle
en las alturas!
2. ¡Alábenle, ustedes todos sus ángeles! *
¡Alábenle,
ustedes todos sus ejércitos!
3: ¡Alábenle, sol y luna!; * ¡Alábenle,
ustedes todas las estrellas relucientes!
4. ¡Alábenle, cielos de los cielos; * y
las aguas que están
sobre los cielos!
5. Alaben el nombre del Señor;
*
porque él mandó y fueron creados.
6. Él los estableció para siempre, por la eternidad; *
les
puso
ley que no será quebrantada.
7. Alaben
al Señor desde la tierra, * los
grandes animales acuáticos y todos los océanos;
8. El
fuego
y el
granizo,
la
nieve
y el
vapor;
* el
viento tempestuoso que ejecuta su palabra;
9. los montes y todas las colinas; * los
árboles frutales y todos los cedros;
10. Los
animales y todo el ganado;
*
los
reptiles y las aves que vuelan;
11. Los
reyes de la tierra y todas las naciones;
* los
príncipes
y todos los
jueces
de la tierra;
12. Los
jóvenes
y también las
jóvenes;
* los
ancianos junto con los niños;
13. Alaben el nombre del Señor porque sólo su nombre es
sublime;
* su
majestad es sobre tierra y cielos.
14. Él enaltece el poderío de su pueblo,
* la
alabanza de todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo a él
cercano.
15. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, *
por
los siglos de los siglos. Amén.
Terminado el Te Deum o el Salmo, el Celebrante leerá el EVANGELIO del día; y empiece diciendo:
LECTURA del Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según..., capítulo..., versículo...
Y concluída la lectura, diga:
AQUI termina la lectura del Evangelio. Amén.
La Congregación, diga:
OH Señor, santifícanos en tu verdad; tu palabra es la verdad. Amén.
Cántese (o léase alternadamente por el Celebrante y la Congregación) uno de los CÁNTICOS correspondientes al tiempo, o el Cántico de Zacarías.
CANTICO DE ZACARIAS
1.
BENDITO el Señor,
Dios de Israel, * porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
2. Ha
levantado para nosotros
un poderoso Salvador *
en la casa de
su siervo
David,
3. Tal
como
habló por boca de sus santos profetas *
que
fueron desde antiguo:
4. Salvación de nuestros enemigos *
y de
la
mano de todos los que nos aborrecen,
5. Para hacer misericordia con nuestros padres * y
acordarse
de su santo
pacto.
6. Éste
es el
juramento que juró a Abraham nuestro padre, * para
concedernos que,
7. Una
vez rescatados de las manos de los enemigos,
*
le
sirvamos
sin temor,
8. En
santidad y en justicia delante de Él,
* todos
nuestros
días.
9. Y tú, niño, serás llamado
profeta del Altísimo;
* porque
irás delante del Señor para preparar sus caminos;
10. Para
dar a su pueblo
conocimiento
de salvación,
* en
el
perdón
de sus pecados.
11. A
causa de
la entrañable
misericordia de nuestro Dios, * con
que la
luz de la aurora nos
visitará
de lo alto;
12. Para alumbrar
a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; * para
encaminar nuestros pies por caminos
de paz.
13. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, *
por
los siglos de los siglos. Amén.
Terminado el Cántico, diga el Celebrante:
HERMANOS, confesemos nuestra fe.
Todos digan el Credo Apostólico
SÍMBOLO APOSTOLICO
CREO
en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue
concebido por obra del Espíritu Santo; nació de María
virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue
crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al
tercer día resucitó de entre los muertos; subió
a los cielos; está sentado a la diestra de Dios Padre
todopoderoso; de donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo; en
la santa Iglesia Católica; la comunión de los santos;
el perdón de los pecados; la resurrección de la carne;
la vida eterna. Amén.
Todos de rodillas, el Celebrante diga la SUPLICACIÓN correspondiente al tiempo, como sigue:
V.
El Señor sea siempre con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
[Durante el Adviento.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos
por amor de su venida.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
[Después
de la
Epifanía, hasta
el Domingo de
Septuagésima.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que aumente la fe de su santa Iglesia,
y le dé paz, y por siempre la defienda.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que
nos dé propicio la
salud del alma y del cuerpo, el perdón de los pecados y
perpetua paz.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
[Durante la Cuaresma.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos
por los méritos de su sagrada pasión.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos
por la gloria de su resurrección.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]
OREMOS
al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda
suplicación le roguemos que aumente la fe de su Santa Iglesia,
y le dé paz, y por siempre la defienda.
R.
Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
† Después de la Suplicación, digan todos:
SEÑOR,
apiádate de nosotros.
Cristo, apiádate
de nosotros.
Señor, apiádate de
nosotros.
Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal. Amén.
El Celebrante levantándose, diga:
LIBRADOS
del mal y confirmados en
tu temor con toda obra buena, oh Trinidad, Dios nuestro, que eres
bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los
siglos.
R.
Amén.
Todos de pie, el Celebrante diga:
HERMANOS, inclinaos a la bendición.
El Celebrante:
EL
Señor sea siempre con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Y diga el Celebrante la BENDICIÓN correspondiente al tiempo, como sigue:
[Durante el Adviento.]
EL Señor Jesucristo, que con su venida se dignó socorrer al mundo, nos limpie de todo pecado. — R. Amén.
V. Concédanos que por la virtud del Espíritu atendamos a los preceptos de su ley, para que podamos esperar con gozo su venida. — R. Amén.
V.
Y de tal manera nos absuelva de toda culpa, que su venida no nos
sobrecoja para reprobación, sino redimidos y para
glorificación.
—
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.
—
R.
Amén.
[Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]
EL
Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga. —
R.
Amén.
Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo
mal. —
R.
Amén.
Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los
pecados. —
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. — R.
Amén.
[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]
LLENENOS
el Señor de dones espirituales, y háganos participantes
del reino de los cielos. —
R.
Amén.
Mortifique nuestra carne poniendo fin a todo vicio, y vivifique
nuestras almas con el principio de toda virtud. —
R.
Amén.
Y en tal modo nos enriquezca de su gracia, que se agrade morar
siempre en nuestros corazones.—
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. —
R.
Amén.
[Durante la Cuaresma.]
EL
Señor Jesucristo que muriendo venció a la muerte, nos
haga vencedores
de nuestras pasiones.
— R.
Amén.
Él
que permitió ser entregado en manos de los inicuos, nos libre
de los suplicios eternos. —
R.
Amén.
Y conceda que podamos vivir siempre con Él, quien fue;
hecho vencedor de la muerte. —
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. —
R.
Amén.
[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]
LA
gracia, con la cual nos gozamos de estar sepultados con Cristo por la
fe, aparte de nosotros todo pensamiento de iniquidad. —
R.
Amén.
Y el que ha extendido la gloria de su resurrección por todo el
mundo, conceda plena santificación a nuestros corazones. —
R.
Amén.
Para que Aquel que le resucitó de los muertos nos resucite
también a nosotros a gloria de galardón eterno. —
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. —
R.
Amén.
[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]
EL
Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga. —
R.
Amén.
V.
Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo
mal. —
R.
Amén.
V.
Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los
pecados. —
R.
Amén.
V.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y
gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. —
R.
Amén.
† Después de la Bendición diga el Celebrante:
LOAD
al Señor.
R.
El nombre del Señor sea alabado.
Cántese o léase la ANTÍFONA correspondiente al tiempo.
ANTIFONAS
1. [Durante el Adviento.]
VENDRA
el Deseado de todas las gentes:
Y los cielos
denunciarán su justicia;
Y todos los
pueblos verán su gloria.
Gloria y
honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos
de los siglos. Amén.
2. [Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]
LIMPIANOS
de nuestro pecado, oh Señor;
Y
líbranos de todo mal.
Y bajo la sombra
de tus alas protéjenos.
Gloria
y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. Amén.
3. [Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]
TU
justicia, oh Dios, es justicia eterna;
Y tu
ley la verdad.
Justicia eterna son tus
testimonios; dame inteligencia y viviré.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
4. [Durante la Cuaresma.]
LOS
reyes de la tierra se confabulan, y los príncipes consultan
entre sí, contra el Señor y contra su Ungido.
El que reside en los cielos se reirá; el Señor se
mofará de ellos.
¿Por qué
se tumultúan las gentes, y los pueblos conciben proyectos
vanos?
Gloria y honor al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
5. [Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]
SI
habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba;
Donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo
en Dios.
Gloria y honor al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Amén.
6. [Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]
JUSTO
eres Tú, oh Señor, y rectos
tus juicios.
De tu misericordia está
llena la tierra.
Para siempre, oh Señor,
permanece tu palabra en los cielos.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
† Después de la Antífona, el Celebrante diga:
V.
SEÑOR,
muéstranos tu misericordia.
R.
Y danos tu salud.
V.
Llena a tus Ministros de virtudes.
R.
Y da alegría a tu pueblo escogido.
V.
Acuérdate siempre de esta Congregación.
R.
Que Tú
has poseído desde el principio.
V.
Oh Dios, purifica nuestros corazones.
R.
Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.
Aquí puede el Celebrante añadir las oraciones de SÚPLICA o de ACCIÓN DE GRACIAS que le parezcan oportunas.
Y luego prosiga:
JUSTO
es anunciar de mañana tu misericordia, oh Señor:
R.
Y tu verdad por las noches.
V.
Llegue a ti, oh Señor, nuestra oración en esta mañana.
Y, pues, te has dignado recibir nuestras alabanzas y tolerar nuestras
fragilidades, concede que este día nos sea gozoso, y pacífico
sin escándalo y sin mancha; para que podamos llegar a la tarde
libres de tentaciones, y te alabemos como a nuestro Rey eterno.
R.
Amén.
V.
Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y
gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
R.
Amén.
Puede cantarse un HIMNO o una ANTÍFONA.
Si termina aquí el Oficio Matutino, diga el Celebrante:
EN
el nombre de Jesucristo nuestro Señor, terminemos con paz.
R.
Gracias sean dadas a Dios. Amén.
Si ha de haber SERMÓN, omítase la frase En el nombre de Jesucristo..., y siéntese la congregación.
Terminado el Sermón puede cantarse un HIMNO.
Luego el Celebrante diga:
HERMANOS, presentemos al Señor nuestras ofrendas con reverencia y temor santo.
Los ecónomos recogen las Ofrendas que las colocarán sobre la Mesa, y digan todos:
Tuyas son todas las cosas en los cielos y en la tierra; todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Luego diga el Celebrante:
¡OH Dios, que eres el Rey de toda la tierra! Te suplicamos humildemente que por tu gran bondad aceptes las ofrendas de tu pueblo, que con un corazón alegre te presentamos para honra de tu santo nombre. Y dígnate concedernos que, siendo dedicadas a tu servicio, se empleen a gloria tuya y para bien de tu Iglesia; por Jesucristo nuestro Señor.— R. Amén.
Haga el Celebrante las advertencias, proclamaciones y anuncios necesarios, según las circunstancias.
Para finalizar, diga el Celebrante:
EN
el nombre de Jesucristo nuestro Señor, terminemos con paz.
R. Gracias sean dadas a Dios. Amén.
Anglicanos en el Norte de Aragón